La sucursal del cielo capitulo 32

Fuegos del cielo capítulo 46
Rand utiliza el Poder Único para crear una salida de su refugio. Cuando asoma la cabeza ve pasar sobre ellos a dos personas a bordo de una extraña bestia voladora. Al parecer, su llegada no ha pasado desapercibida. Aviendha y Rand se dirigen hacia el portal intentando no ser vistos. Cuando llegan allí se encuentran con que su camino está bloqueado por un grupo de unas veinte personas. Dos de ellas llevan collares alrededor del cuello conectados a brazaletes que llevan otras dos mujeres. Rand sabe ahora dónde está. Las mujeres son damane, están en algún lugar del continente Seanchan.
Le pregunta a Aviendha si puede proteger a las damane. Él atará a las otras. Dividir los flujos de tantas maneras será un desafío, pero cree que puede hacerlo. Su canalización funciona y Rand y Aviendha se dirigen al portal. Rand puede ver un tejido que él no puso allí. ¿Asmodean? ¿O uno de los otros Renegados?
Rand quiere liberar a los damane pero no puede tocar los collares él mismo. Le pide a Aviendha que los mire. Una de las Seanchan, Lady Morsa, reconoce a Rand. Ella estaba en Falme. Rand le advierte que no le dé problemas o repetirá eso aquí. Uno de los otros Seanchan, un Buscador de la Verdad llamado Jalindin, tiene algunas preguntas sobre Falme que Lady Morsa prefiere no responder. Sin embargo, parece que el Buscador de la Verdad no va a dejarla escapar.
Fuegos del cielo capítulo 35
* [32:1-22] Negociaciones de Jacob con Esaú. Labán se despide de sus hijas y nietos, pero no de Jacob. Al salir de Mesopotamia, Jacob tiene un encuentro con ángeles de Dios (vv. 2-3), lo que le hace exclamar: "Éste es el campamento de Dios", igual que exclamó al salir de Canaán: "Ésta es la casa de Dios, la puerta del cielo" (28:11-17).
* [32:23-33] Cuando Jacob cruza hacia la tierra que le ha sido prometida, preocupado por el inminente encuentro con Esaú, encuentra en la noche a un misterioso adversario con el que lucha hasta la mañana. El astuto Jacob consigue arrancar una bendición al extraño nocturno antes de partir. Hay elementos folclóricos en el relato -por ejemplo, la prueba del héroe antes de que pueda volver a casa, la pérdida de fuerza del demonio nocturno al amanecer, el demonio que protege su río, el poder que se obtiene al conocer el nombre del adversario-, pero están integrados en una narración coherente aunque elíptica. El objetivo del relato parece ser que Jacob, que siempre se esfuerza y lucha, debe finalmente luchar con Dios para conseguir la plena posesión de la bendición.
Fuegos del cielo capítulo 34
Aviendha y Rand se disponen a abandonar su cabaña de nieve para regresar a la Puerta de su habitación en Eianrod. Mientras Rand termina de hacer una puerta, ve una gran criatura voladora con dos personas a sus espaldas. Le dice a Aviendha que tendrán que volver a hurtadillas al Portal. Al este, Rand puede ver un océano bajo el sol naciente. Llegan cerca del Portal y ven a más de veinte personas reunidas alrededor. Dos de ellos son sul'dam conectados a dos damane. Rand se da cuenta de que deben de estar en Seanchan, al otro lado del Océano Aryth de sus tierras natales.
Rand ata al grupo con Aire mientras Aviendha escuda a las mujeres. Se dirigen a la Puerta, pero en lugar de mostrar la habitación de Eianrod, es un espacio gris en blanco. Rand se da cuenta de que se ha utilizado saidin para ocultar el Portal y cree que Asmodean puede estar tendiéndole una trampa. Rand hace que Aviendha intente quitar los collares a los damane, pero no consigue averiguar cómo funcionan. Mientras saltan a través del portal, Rand libera los tejidos de los Seanchan. Cuando Rand corta el tejido que mantiene abierto el Portal, una lanza lo atraviesa, pero parte de su longitud es cortada por el Portal que se cierra.
Fuegos del cielo capítulo 29
El Yajurveda (sánscrito: यजुर्वेद, yajurveda, de yajus que significa "adoración",[3] y veda que significa "conocimiento") es el Veda principalmente de mantras en prosa para rituales de adoración. [Se trata de un antiguo texto védico en sánscrito, una recopilación de fórmulas para ofrendas rituales que pronunciaba un sacerdote mientras un individuo realizaba acciones rituales como las que se llevaban a cabo ante el fuego del yajna[4]. El Yajurveda es uno de los cuatro Vedas y una de las escrituras del hinduismo. Se desconoce el siglo exacto de composición del Yajurveda, que Witzel estima entre 1200 y 800 a.C., contemporáneo del Samaveda y el Atharvaveda.
El Yajurveda se agrupa a grandes rasgos en dos: el Yajurveda "negro" u "oscuro" (Krishna) y el Yajurveda "blanco" o "brillante" (Shukla). El término "negro" implica "la colección desordenada, confusa y abigarrada" de versos del Yajurveda, en contraste con el "blanco" que implica el Yajurveda "bien ordenado y claro"[5] El Yajurveda negro ha sobrevivido en cuatro recensiones, mientras que dos recensiones del Yajurveda blanco han sobrevivido hasta los tiempos modernos[6].