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Robo de la sucursal del banco río

Robo en la calle Baker

Finalmente, uno de los atracadores dijo a la policía que estaba dispuesto a rendirse. Pero cuando las fuerzas del orden entraron en el banco, no había ni un solo delincuente. Desaparecieron sin dejar rastro y se llevaron 20 millones de dólares en efectivo y objetos de valor de las cajas de seguridad.

«Usamos un túnel, no para entrar, sino para salir», dice el cerebro del robo, Fernando Araujo, en el nuevo documental de Netflix «Bank Robbers: the Last Great Heist» (Ladrones de bancos: el último gran atraco), que se estrena el miércoles.

Araujo, artista y pequeño cultivador de marihuana, empezó a urdir el plan en 2003, cuando alquiló una casa cerca del banco y empezó a explorar los túneles de alcantarillado que había debajo. Inspirado en parte por las «Tortugas Ninja», bautizó su plan como «Proyecto Donatello».

Haciéndose pasar por estudiante de arquitectura, llamó a la agencia de obras públicas de Acassuso para informarse sobre cómo el terreno podría soportar los túneles. Luego convenció a Sebastián García Bolster, un mecánico de motos local, para que se uniera a su equipo como ingeniero civil.

Calcularon cómo perforar 15 metros en diagonal en el banco, convirtiendo el túnel en una hipotenusa triangular entre el sótano del edificio y la alcantarilla. Para ello se necesitaba maquinaria pesada.

2006 robo en buenos aires

Unos ladrones han perpetrado un audaz atraco a un banco en Brasil, llevándose más de 88 millones de dólares estadounidenses. El dinero robado pesaba en total tres toneladas y media. La banda de ladrones excavó un túnel de 80 metros en una sucursal del Banco Central de Brasil, en el norte del país, desde una casa alquilada a varias calles de distancia. A lo largo de tres meses, apuntalaron las paredes del túnel con madera y plástico reforzado e instalaron iluminación eléctrica. Los vecinos no dijeron nada sospechoso sobre la casa o sus ocupantes, que supuestamente fabricaban césped artificial. Dijeron que todos los días llegaba un camión, que se cargaba con docenas de grandes bolsas de plástico y luego se marchaba. No tenían ni idea de que se estuviera excavando un túnel.

Los responsables del banco de Río de Janeiro, con la cara roja, admitieron que el robo, el mayor de Brasil, se había producido durante el fin de semana y fue descubierto por los trabajadores del banco el lunes por la mañana. Al parecer, el dinero estaba en su mayor parte en billetes pequeños e iba a ser retirado de la circulación, por lo que era prácticamente imposible de rastrear. El atraco se ajusta perfectamente al argumento sacado de una película de Hollywood. Un portavoz del Banco Central informó de que el banco contaba con los sistemas de alarma más modernos, completos con sensores de movimiento, y que la cámara acorazada estaba revestida de hormigón y acero de dos metros de grosor. Se declaró «estupefacto» por el ingenio y la determinación de los ladrones. El banco revisará de inmediato sus sistemas de seguridad en todas las sucursales para evitar robos similares.

El gran robo del banco central brasileño

Un hombre de 31 años pasará el fin de semana entre rejas tras ser acusado de atracar un banco el jueves por la tarde cerca del cruce de la 29 con Rio. La Policía de Albemarle dice que una colaboración con los investigadores de la Policía de Charlottesville llevó a la detención de Justin Hunt Sproull, que está acusado de entrar en la sucursal del Virginia National Bank en la 29 Norte y salir con un montón de dinero en efectivo que no era suyo. El robo se produjo poco después de las 17.00 horas del jueves, y la policía distribuyó poco después una foto de vigilancia del sospechoso (en la imagen).

La policía dice que Sproull fue detenido sin incidentes el viernes por la tarde en su lugar de trabajo y los investigadores del condado comenzaron a interrogarlo. Se enfrenta a un cargo de delito grave de robo y permanece en la cárcel regional.

Robo de bonos municipales

Ladrones de bancos: El último gran atraco’ es una película documental que sólo puede describirse como emocionante y asombrosa a partes iguales por la forma en que traza el saqueo más notorio de Argentina. Al fin y al cabo, profundiza en todos los aspectos del delito, ya sea el significado, los métodos o los motivos, a través de testimonios de primera mano de sus orgullosos autores. Si quieres saber más sobre el botín robado, los esfuerzos de las autoridades locales por recuperarlo y cuánto se llevaron los ladrones, aquí tienes los detalles esenciales.

Fue en septiembre de 2004 cuando Fernando Araujo tuvo la idea de robar una sucursal de dos pisos del Banco Río en su pueblo natal de Acassuso, San Isidro, para supuestamente explorar el arte del delito. Desde engañar a la policía durante el atraco hasta construir un túnel subterráneo para la huida, pasando por utilizar pistolas de juguete para no sufrir daños, el artista fue el encargado de planearlo y programarlo todo. Por eso, él y todo su equipo no estuvieron listos para llevar a cabo la radical operación hasta el viernes 13 de enero de 2006.

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